1. ACEPTAR: acepto que el propósito del
Padre es perfecto y que todo lo que ocurre es neutro y necesario. RENUNCIO a
intentar cambiar a los demás y, en su lugar, trabajaré sobre mí mismo.
RENUNCIO a luchar y a tratar de
modificar el orden perfecto del Universo y sus procesos necesarios, y, sobre
todo, a tratar de interferir con las experiencias de vida de las demás
personas.
2. ASUMIR: asumiré el resultado de mis decisiones y de mi experiencia de vida. ASUMIRÉ que mis pensamientos, sentimientos y emociones los genero yo mismo y no lo que sucede a mí alrededor, ni mucho menos lo que piensen, digan, hagan o dejen de hacer los demás.
RENUNCIO a culpar a nada ni a
nadie por lo que me suceda o deje de sucederme.
El culpable no existe.
3. ACTUAR: actuaré con total eficacia y serenidad ante cualquier circunstancia que se presente, dando lo mejor de mí en las labores que me corresponda realizar.
RENUNCIO a agredir de
pensamiento, palabra y obra. No agrediré a nada ni a nadie. Tendré absolutas
firmeza y lealtad con los acuerdos y compromisos que libremente establezca. El
hacer es la clave del tener.
4. AGRADECER: agradezco TODO lo que tengo y todas las situaciones difíciles y dolorosas, porque ellas son oportunidades que nos da la vida para aprender y hacer nuestro desarrollo espiritual.
RENUNCIO a sufrir ante las
dificultades, comprendiendo que tienen un profundo propósito de amor para poder
reconocer la ley y liberarme de las limitaciones, las dependencias y el
sufrimiento.
5. VALORAR: valoro y disfruto intensamente todo lo que tengo y todo lo que hago. Reconozco que siempre tengo conmigo todo lo necesario, y valorándolo, desarrollaré la capacidad para disfrutar nuevas cosas y relaciones.
RENUNCIO a quejarme de lo que
tengo. La queja nos hace pobres. La prosperidad es el resultado de la valoración.
El que no valora lo que tiene está en camino de perder lo que necesita.
6. RESPETAR: Respeto a todas las personas en sus ideas, costumbres, creencias, comportamientos, y en su derecho a tomar sus propias decisiones.
RENUNCIO a criticar, descalificar,
juzgar, condenar y castigar a toda persona por cualquier motivo,
porque comprendo que cada quien hace lo mejor que puede con lo mejor que sabe,
y no soy yo quien para juzgarlo. Daré información de sabiduría sólo a quien la
pida expresamente o a quien acepte mi ofrecimiento sutil por respetuoso.
7. ADAPTARSE: me adapto sin reservas al lugar donde me corresponde cumplir funciones para lograr en él una vida llena de satisfacciones.
RENUNCIO a huir de lugar y de las
situaciones que me corresponde vivir. Creer que la felicidad está en otra parte diferente a nuestro
interior, es una falsa ilusión.
¡A partir de hoy sólo pensaré lo
mejor, sólo diré lo adecuado y sólo haré lo necesario!
Gracias, Gracias, Gracias
Enviado por Leila Abraham...Autor desconocido.
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