EL
DINERO COMO FLUJO DE ENERGÍA.
Por
Drúnvalo Melquisedec.
Todos hemos escuchado la advertencia, "es más
fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre en el
reino de Dios". Desde un punto de vista bíblico, el dinero -o al menos el
amor al dinero- es la raíz de todo mal.
Desde un punto de vista espiritual, el dinero y el
materialismo son ilusiones que esconden la verdadera naturaleza y significado
de la vida. Si nuestro verdadero propósito involucra el recordar y vivir un viaje
sagrado que lleva hacia la conciencia continua de la presencia de Dios,
entonces la obsesión con la riqueza y las posesiones nos puede perder.
Dicho esto, podemos darnos cuenta que algunos de los
seres más avanzados espiritualmente que han caminado por la Tierra, también han
estado entre los individuos más acaudalados de sus culturas (Saint Germain y
José de Arimatea vienen a la mente.) Así que siento que el concepto del dinero
se clarifica, si podemos comenzar a percibirlo como energía. Cuando lo ponemos
en ese contexto, el dinero es un "flujo de energía" similar a la
energía de Fuerza de Vida -prana o chi- y que no es espiritualmente diferente
de la energía cinética o atómica, de la electricidad, el calor, o cualquier
otra fuerza natural.
Como con todas las formas de energía, el flujo de
dinero sigue las Leyes de la Creación. Y como con todos los flujos de energía,
el equilibrio es la clave. Los aparatos eléctricos sólo funcionan con el flujo
de corriente apropiado. Demasiado, y los cables y el equipo se queman; muy
poco, y nada funciona. Es lo mismo con el calor que nos mantiene calientes y
confortables. Demasiado, y nos quemamos; muy poco, y nos congelamos.
Pero, ¿qué es "demasiado" para un ser
humano? Como con todas las otras formas de energía, la respuesta a esto es una
cuestión individual, dependiendo en la función y propósito en la Vida.
La cantidad apropiada de calor para hacer nuestros
hogares confortables, sería deplorablemente inadecuada para hacer herraduras
para caballos. La cantidad de electricidad que una cámara digital utiliza,
sería como una gota de agua en una cubeta para operar un refrigerador. La
cantidad de dinero que es apropiada para otro, es algo que no podemos juzgar.
Sólo lo podemos determinar para nosotros mismos.
Pero existe un criterio que podemos aplicar al
dinero, como a todas las formas de energía, y esto es que debe fluir. Así como
experimentamos la insuficiencia de chi en el cuerpo como enfermedad, también
experimentamos el flujo insuficiente de dinero como carencia.
En nuestra cultura moderna, la carencia de flujo de
energía financiera generalmente se convierte en una forma de estrés que nos
puede distraer de nuestro camino. Pero la situación inversa es igualmente
dañina. Demasiado chi, bloqueado y concentrado, lleva a la enfermedad en el
cuerpo. Y el dinero que es acumulado con miedo porque no tendremos suficiente,
también lleva a una condición de malestar espiritual.
Cuando estamos en equilibrio con el dinero,
confiamos plenamente en que cualquier cosa que necesitemos será proveída. No
tenemos miedo de gastar dinero en nosotros mismos o para ayudar a otros. El
dinero en sí mismo no es el problema. Nosotros hacemos lo que venimos a hacer
aquí, sabiendo que los recursos fluirán a nosotros y a través de nosotros.
Así que la clave parece ser la realización de que la
abundancia, como el amor, existe en una medida apropiada tan pronto como
liberamos los miedos en torno a ella. Como el amor, el dinero simplemente fluye
hacia nosotros conforme lo necesitamos y fluye desde nosotros conforme buscamos
crear paz y belleza a nuestro alrededor, para nosotros y para otros. Con la
facilidad y entendimiento que nacen de la fe en nosotros mismos y en el
Creador, nuestra vida financiera puede convertirse en la manifestación de todo
lo que es bueno.
¿CÓMO PUEDES COBRAR POR
LAS ENSEÑANZAS ESPIRITUALES?
Estoy por compartir con ustedes mis propias
experiencias sobre cobrar por una enseñanza espiritual. Esto que comparto es mi
regalo, en un nivel práctico, para aquellos de ustedes que están enseñando
información espiritual ahora, o especialmente para aquellos que están a punto
de enseñar. Si eres un buscador, tal vez esto te ayude a comprender el balance
precario que los maestros espirituales deben encontrar, si quieren permanecer
en integridad con lo que te cobran para asistir a sus cursos
¡Cómo comencé a Enseñar?
Hace casi veinte años, mis guías me pidieron que
enseñara lo que se me había instruido en los doce años anteriores. Yo no sabía,
durante todos los doce años de mi entrenamiento, que se me pediría esto. Por lo
que la petición me llegó de sorpresa.
La petición también me causó un impacto. Tanto, que
al principio dije que no. No quería hacer pública mi vida. Sólo estaba pensando
en mí mismo. Pero durante un periodo de casi dos semanas, mis guías me dejaron
clara la Ley Espiritual que dice, que cuando recibes un regalo espiritual, no
lo puedes guardar sólo para ti. Debe ser compartido con otros. Cuando vi la
verdad de lo que me estaban diciendo, con renuencia acepté enseñar lo que había
aprendido.
Conforme me dispuse a prepararme para enseñar un
curso sobre la meditación MerKaBa de ascensión y la Geometría Sagrada - las
formas sagradas y las proporciones que generan la Creación en la que vivimos -,
me encontré con un problema ordinario y cotidiano: ¿Debía cobrar dinero por
este conocimiento espiritual, o debía darse gratuitamente?
Esta era una pregunta que nunca había entrado a mi
mente hasta ese momento. Realmente no sabía qué hacer.
Las Tradiciones Espirituales Difieren
Mi primer pensamiento, debido a que yo asistí a
escuelas católicas cuando estaba creciendo, fue que las enseñanzas debían
otorgarse libremente. Muchos cristianos creen que porque Jesús regaló sus
enseñanzas, los maestros espirituales de hoy también deben hacerlo.
Pero durante los doce años anteriores, mis guías me
habían estado mandando a todo el mundo, aprendiendo de diferentes fuentes y los
maestros espirituales y tradiciones con las que me encontré, todas plantean
diferentes ideas sobre cobrar por el conocimiento espiritual.
Durante varios de los doce años, por ejemplo, fui un
sufí y la tradición sufí dice exactamente lo opuesto a la tradición cristiana. Los sufís me enseñaron a no regalar nunca
el conocimiento espiritual. Los maestros sufíes con los que estudié, creían que
debía existir un intercambio. Este no tenía que ser dinero, pero tenía que
haber un intercambio o el alumno se perdería la lección.
Desde estos dos polos opuestos, comencé a contemplar
qué hacer.
¿Qué haría Jesús?
Entonces pensé en Jesús. Si él estuviera vivo ahora,
¿podría predicar de la misma forma que lo hizo hace 2000 años? Y vi
inmediatamente que la respuesta era no. Para empezar, reunir a miles o incluso
cientos de personas en las ciudades, es ilegal en estos días. Si lo intentara,
Jesús sería arrestado inmediatamente y multado. Y si continuara haciéndolo, lo
meterían a prisión. Para reunir personas en forma legal, tendría que haber
contratado gerentes para obtener licencias de asamblea, o rentar locales dentro
de las ciudades, lo que es muy caro. Si viajara fuera del país en donde
viviera, tendría que tener pasaporte y boletos aéreos.
En otras palabras, si Jesús hubiera desarrollado su
ministerio bajo condiciones del siglo XXI, se hubiera enfrentado con los mismos
problemas de "dinero" con los que se enfrentan todos los maestros
espirituales de hoy. Así que, por razones simples y prácticas, los maestros
espirituales deben cobrar algo o encontrar a alguien que pague los gastos por
ellos. De cualquier forma, los gastos son un hecho de la vida.
La primera realidad con la que me enfrenté, fue el
hecho innegable de que si yo iba a reunir a cientos de personas bajo un techo,
tendría que pagar por el espacio. Yo no tenía nada de dinero, así que, ¿cómo
iba a pagar por este local? Se volvió terriblemente claro que tendría que
cobrar algo o no podría ni siquiera comenzar a enseñar.
Entre más me daba cuenta de los costos para
organizar un seminario - cuentas de teléfono, costos de correo, equipo
electrónico y audiovisual, sistemas PA, boletos de avión para varias
localidades y todo lo demás - se volvió absolutamente claro que iba a costar
dinero enseñar, me gustara o no.
Más aún, si un maestro espiritual va a dedicar su
vida entera a la enseñanza, como se me pidió que yo lo hiciera, tenía que haber
suficiente dinero extra para pagar las necesidades simples de la vida - renta,
comida, etc. Y tomando todas estas cosas en consideración, me di cuenta que lo
que era importante en el mundo de hoy, era que el intercambio del que hablaban
los sufís fuera "justo."
Existen organizaciones espirituales que requieren
que les dones todo lo que posees antes de enseñarte y algunos que te piden
precios tan altos, que sólo pocas personas podrían pagar por su conocimiento
espiritual. Una, que no identificaré, les pedía a los estudiantes que pagaran
más de $100,000 dólares por la información. Estos son ejemplos extremos y en mi
mente están equivocados. No son justos.
Regalarlo
Después, cuando comencé realmente a enseñar,
descubrí que no importa qué precio le pongas a la clase o seminario que estés
enseñando, para algunas personas será demasiado caro. Hay personas que son tan
pobres - especialmente en otros países - que cualquiera que sea el precio es
imposible para ellos.
Mi primera solución a esto, fue permitir lugares
gratis para aquellos que no podían pagar.
Y fue allí cuando comencé a experimentar
directamente la razón del entendimiento sufí, de que nunca debes regalar el
conocimiento espiritual. Yo realmente no sabía por qué los sufís creían en esta
idea, pero la respuesta se desplegaba ahora justo ante mis ojos.
Curso tras curso, conforme daba lugares gratis a
aquellos que decían que de otra forma no podían asistir, experimenté que eran
estas personas - a las que se les permitió entrar gratis - las que nunca
comprendieron lo que se estaba enseñando. Incluso descubrí que si otra persona
le pagaba la clase a alguien, había el mismo problema. Los estudiantes
gratuitos casi siempre eran los que llegaban tarde y se iban a la mitad. Eran
los que se quedaban dormidos o hablaban durante la clase. E incluso más
importante, eran los que no practicaban realmente la meditación después de
terminado el curso. Las razones de los sufís para no regalar nunca el
conocimiento espiritual, eran evidentemente aparentes.
Un Intercambio Justo
Entonces, ¿cuál es la respuesta? Decidí que el
intercambio era sumamente importante. Si los alumnos recibían la enseñanza
gratis, no tendría significado para ellos, pero el intercambio no tenía que ser
dinero. En lugar de dinero, podían dar tiempo y energía. Al hacerlo así,
involucrarían su deseo por aprender y tendría significado para ellos.
Por lo que les propuse a aquellos que decían que no
podían pagar, que si donaban su tiempo como voluntarios en una institución de
beneficencia como la Cruz Roja - suficiente tiempo, basado en 10 dólares por
hora, para pagar por el taller - entonces podían asistir gratis. Les pedí una
carta de la institución para verificar su tiempo.
Todavía hago eso actualmente. Y lo que es
verdaderamente fascinante, es que sólo una persona de cada cincuenta,
¡realmente me toma la oferta! Aunque no estén trabajando y pudieran donar
fácilmente su tiempo, resulta que la mayoría de los que piden venir a mis
talleres sin pagar, no lo están haciendo por un profundo deseo espiritual, sino
simplemente porque quieren obtener "algo por nada.
Cómo Afectan las Creencias en los Resultados
Otra parte de la ecuación de pagar por el
conocimiento espiritual, es que lo que sea que creamos que es verdad sobre el
dinero, afecta el resultado. Cuando recién comencé a enseñar, decidí que lo
justo eran $222 dólares por tres días. Apenas podía pagar todos los gastos,
pero esa cantidad me parecía justa a mí.
Sin embargo, mi secretaria, que arreglaba los cursos
y que hablaba con los estudiantes potenciales, pensaba que esta cantidad era
excesivamente alta. Incluso cuando podía ver en los libros que realmente
estábamos perdiendo dinero, ella todavía creía que el taller era demasiado
caro. Y así, cada vez que alguien llamaba para registrarse para un curso, sus
creencias se transferían a la persona que se estaba registrando.
Inevitablemente, pedían un plan de pagos. Terminé con cientos de personas
haciendo pagos, lo que nos estaba enviando lentamente hacia la bancarrota.
Después mi secretaria se cambió a otro estado y la
reemplacé con una mujer que creía lo opuesto a su predecesora. Ella creía que
lo que estaba cobrando era definitivamente muy poco. Así que me convenció para
subir el monto a $333 dólares. Y debido a que ella pensaba que este importe era
justo, desde que ella llegó, ni una sola persona sintió que necesitaba un plan
de pagos. ¡Ni una sola!
Esta historia muestra claramente que lo que tú crees
afecta el resultado - incluso con el dinero. (Incidentalmente, esto es
igualmente verdadero si tienes una práctica de curación, no aplica sólo a la
enseñanza.)El Éxito Financiero es Importante
Hoy, después de casi veinte años de experiencia
sobre el tema de pagar por el conocimiento espiritual, creo más que nunca que
necesita haber un intercambio. Este necesita ser justo, pero no cobrar por una
enseñanza espiritual no funciona, ni para el maestro, ni para el alumno.
Y lo que tú creas personalmente sobre el dinero,
afectará el resultado. Tus creencias sobre el dinero determinarán finalmente si
tienes o no, éxito económico.
Y tener éxito económico es importante, porque
mientras no lo tengas, estarás limitado en tu habilidad para compartir con
otros las enseñanzas espirituales que Dios te ha otorgado.
Comparto completamente las enseñanzas de Drunvalo
Melquisedec ya que por mis experiencias pasadas ocurrió algo similar y les
explico:
·
Cuando por alguna causa
la persona no cancelaba su consulta bien sea por que no tenía el dinero o en
ese momento quedaba en depositarlo, ese dinero nunca llegaba a mis manos, ni a
mis cuentas, muchas veces ayudaba a las personas consultándolas y luego cuando
conseguían el Empleo perfecto ni recordaban que existió “ESE” alguien que le predijo mucha cosas por las que
pasaría, Ni siquiera una llamada o un mensaje honro a esas personas por el
aprendizaje permitido con sus actuaciones, ya que abrieron otros estados de
consciencia en mi… eso hizo que la energía de mis cursos y consultas cambiaran
y es lo que enseño a las personas hoy en día.
·
Cuando otorgaba mis
Talleres como diezmos al Universo las personas o no lo valoraban, lo dejaban y nunca más las volvía a ver o
simplemente no volvían a tocar las herramientas sagradas. Por eso en una
oportunidad mis amados ángeles prohibieron dar gratis los talleres, cada quien
debe saber cuánto le cuesta el aprender y abrirse a sus nuevos conocimientos,
siempre debe existir ese intercambio energético.
·
Cuando por alguna causa
las personas muy amigas me solicitaban mis servicios y quedaban en pagármelos
más adelante siempre esa energía de la personas atascaba mi energía, por eso
hoy en día cualquier cosa que haga debo cobrarla, o explicárselo a los amigos, para
poder seguir adelante en mi “ESTILO DE VIDA”.
·
En muchas oportunidades
por el espacio que utilizo y por el dinero que recibo por mis enseñanzas,
acostumbro según lo que mis ángeles indiquen pagar mi cuota de servicio a la
persona que muy respetuosamente me facilita el espacio es un intercambio de
energía.
·
Creo y pienso que la
actitud ante el dinero y ante todo lo que hago o doy es simplemente un
agradecimiento a mis amados Maestros del Tarot o ángeles, debemos cuidar mucho
como dice Drunvalo la miseria mental hay
personas que su miseria mental es tan fuerte que atasca la energía de los
trabajadores de la Luz.
·
El dinero para mi es una
Energía Sagrada que fluye como un manantial cuando es dinero limpio y proviene
de personas agradecidas, siempre es recomendable bendecir el dinero y dar
gracias al Padre por esa maravillosa energía divina tanto para el consultante,
como para el terapeuta y todos los que recibirán ese intercambio y maravillosa
energía que es el dinero.
En
amor, luz y servicio les abrazo .
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