1. El verdadero mensajero debe
tener muy claro que su trabajo consiste en asistir a la formación de seres
libres, independientes y responsables de sí mismos y de su entorno. Significa
que nunca deberá tornar a las personas dependientes, esclavas y sumisas al conocimiento
que recibe y transmite.
2.El mensajero debe saber y estar
consciente de que él fue seleccionado para el trabajo, por tener sus
canales limpios y telepatía, cualidades
que fueron desarrolladas a través de sus reencarnaciones y no por su “elevada
espiritualidad”. Estas cualidades fueron desenvueltas por la apertura mental,
inclinación y estudios de temas metafísicos, durante sus reencarnaciones.
3.El hecho de ser mensajero y
colaborar con entidades elevadas no lo exenta de su trabajo personal, individual
y humano, que deberá realizar de vida en vida. Él no es un ser elegido ni
escogido, simplemente posee ciertas cualidades que lo calificaron para el
trabajo.
4. El mensajero no puede
derogarse ni permitirse títulos como: maestro, gurú, guía, mentor, etc. Él debe
tener muy claro, que él es un simple instructor y transmisor del conocimiento
universal, que fue recibido para el beneficio de la humanidad y no para
beneficio de él.
5. El peligro más grave y
preocupante para un mensajero es el ego. Un excelente mensajero es aquel que no
se deja guiar por su ego, ni por sus sentidos externos, sino que él por su
trabajo interior, de conocimiento, entendimiento y amor, ha superado su ego,
realizando su colaboración cósmica guiado por sus sentidos internos.
6. El conocimiento que el
mensajero recibe no le fue dado para enriquecerse pidiendo donaciones,
cobranzas o bienes materiales. El conocimiento no es de él, ni para él; es para
la humanidad.
7. Si el mensajero, a través de
recibir conocimientos elevados, comienza a percibir cambios en él, donde sus
sentidos internos van despertando, él no puede utilizarlos a propio beneficio.
Los sentidos especiales muchas veces le son otorgados por el Universo para
ayudarlo en la transmisión correcta del conocimiento y para ayudar a sus
semejantes, siempre y cuando sea de suma necesidad.
8. El auténtico mensajero nunca
expondrá su conocimiento o los dones que el Universo le otorgó para su trabajo,
para hacer de ellos una exposición circense de poder y gloria.
9. El verdadero mensajero
trabajará en sí mismo con humildad y sinceridad, convirtiéndose en un ejemplo
de vida y en un representante digno de la Divinidad.
10. El ejemplo de vida de un
genuino mensajero es la única carta de presentación que él tiene ante los
demás. A través de ello, ustedes sabrán distinguirlos y recibir de ellos las
enseñanzas universales, sin hacer de ellos seres especiales, sin seguirlos,
venerarlos o adorarlos.
11. Un mensajero consciente nunca
utilizará el conocimiento recibido para fundar escuelas, instituciones,
religiones y creencias. El conocimiento recibido será para todos y este podrá
ser transmitido a través de intercambios grupales de trabajo y entendimiento.
12. Por último, un mensajero
nunca desvirtuará el conocimiento recibido, inventando o cambiando las
enseñanzas originales. Estas deberán ser dadas exactamente como fueron
recibidas, para que la transmisión no se desvirtúe ni se distorsione, aunque
algunos no las acepten, aquí coloco yo algo muy personal que he logrado hacer con el tiempo y las personas, doy la instrucción y cada quien las llevará a su sentir y las indicará tal como desee expresarlas es su
gran responsabilidad.
Gracias, Gracias, Gracias.
fuente:Web de Susan Powell
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