Este articulo se los recomiendo ya que nosotros somos creadores de todo lo que nos acontece, y tener mucho cuidado con nuestros pensamientos ya que nos conectamos con una red de pensamientos similares a los nuestros. Si deseamos vivir en Armonía perfecta he aquí una respuesta a eso...
Besitos de Luz para todos los que lean este maravilloso articulo de: Eduardo Borello.
Si existe algo que con dificultad
digerimos los seres humanos, es el concepto de que estamos unidos, de que no
hay separación entre nosotros y que por lo tanto hay una sola mente que piensa
a través de cada individuo, generando así una conciencia colectiva, una memoria
celular o un subconsciente; siendo las tres, afines en cuanto a su contenido y
significado. Lo que sucede con todos nosotros es que observamos ahí afuera y
vemos personas que consideramos “malas” o “equivocadas” porque matan, roban,
engañan y lastiman; así que miramos hacia nuestro supuesto interior y pensamos:
“yo jamás haría algo así” cuando en realidad lo estamos haciendo, de hecho
estamos siendo todo eso y más a la vez.
Para comenzar a desenredar un
poco estos hilos que entretejen una verdad que puedes aceptar o rechazar, debes
recordar que antes que nada, eres y serás siempre energía. Si examinas
cualquier parte de tu cuerpo con el microscopio adecuado podrás darte cuenta de
que eres un baile eterno de partículas diminutas con carga eléctrica, de que
toda(o) tú, eres un destello en el vasto universo y que estás unida a todo lo
que es igual o afín contigo de manera permanente. Entonces cada pensamiento que
tienes también está hecho de lo mismo que tú, por lo tanto cada pensamiento es
energía, lo que significa que cuando piensas en algo o en alguien, extiendes un
hilo elástico, infinito e invisible hacia esa situación o persona y este hilo
que transporta energía vital, se va haciendo más fuerte en la medida en que
continúes pensando con la misma intención.
De ahí nace esa comunicación no
verbal, así también se desarrolla la telepatía. Estos hilos energéticos que vas
creando a la par con tus pensamientos, también se entrelazan con otros de
intención similar a la tuya, que están siendo creados por los pensamientos e
intenciones de las demás personas en el universo. Esto quiere decir que cuando
estás orando, te conectas con los seres humanos que están haciendo lo mismo y
así sucede con cada uno de tus pensamientos porque ellos hacen conexión con cada
hilo similar a su alrededor.
El subconsciente es ese almacén
que ha guardado la historia humana; es esa parte nuestra que se comporta como
un niño o como una niña y que necesita ser amada para sanar el dolor que
alberga. Caminamos por la vida sin pensar en esto, vivimos sin conocernos y
esto suele detener nuestros pasos u ocasionar que caminemos en círculos, pero
para eso estamos aquí, para aprender, para recordar, para ser.
Si cada pensamiento que tenemos,
conecta con otros que le son afines a través del espacio y del tiempo, entonces
nuestro subconsciente o niño interior contiene los recuerdos o memorias de cada
ser que ha estado aquí, así mismo contiene las propias vivencias de la persona
que elegimos experimentar, por una sencilla razón: creamos las situaciones
cotidianas por medio de nuestro pensamiento, somos creadoras y creadores
responsables de cada emoción existente, responsables de lo que consideramos
bueno o malo, positivo o negativo.
Entonces ¿Qué sucede cuando vemos un mendigo tirado en el asfalto? ¿Qué sucede cuando rechazamos un acto
considerado impuro, cruel, maligno? ¿Qué pasa cuando alguien nos lastima? ¿Qué
ocurre cuando no podemos olvidar aquello que pasó hace tanto tiempo? ¿Quién
crea los virus que invaden repentinamente nuestro espacio? Podemos
horrorizarnos y pensar: “Yo jamás habría creado esto”. O podemos elegir
pensar así: “Si mis sentidos lo perciben
entonces es mi creación y me hago responsable de ella, así que comienzo a
enviarle mi amor, mi perdón, mi gratitud”. Puedes elegir, hazlo ahora.
El dolor es un pensamiento
erróneo que emerge de tu subconsciente para ser sanado, es tu oportunidad de
cambiar un aspecto que es parte de tu individualidad y también es parte de la
colectividad, así que todo aquello que hagas por otra persona en realidad lo
estás haciendo por ti, porque no hay diferencia, porque no hay separación,
porque aunque existan muchas razas, dialectos, lenguas o credos, todos estamos
hechos de la misma esencia y contenemos un niño interior lastimado, un
subconsciente que nos muestra qué cambios realizar, una historia celular que
mezcla ignorancia, sabiduría, tristeza, alegría, apatía, amor, odio, compasión.
La oportunidad de modificar los aspectos dolorosos de nuestra vida, llega con
cada sensación de angustia, con cada reto, con cada lágrima, con cada
bienvenida y con cada adiós.
Si te observas detenidamente,
eres una niña o un niño que llama madurez al acto de esconderse detrás del
miedo para protegerse de todo lo que considera un posible ataque a su
integridad; es aquí donde tus pensamientos son fundamentales porque estamos
hablando de que si te amas lo suficiente, también lo estás haciendo por cada
niño interior herido, que habita la Tierra. Hay miedos que no sabes de dónde provienen, sientes pánico de algunas
situaciones y sin embargo no recuerdas qué pudo ocasionarlas. Ahora ya
sabes que vienen de ese lugar tan tuyo, llamado subconsciente, que te entrelaza con todo lo que percibes.
Si te dedicas a darle un lugar en
tu ser a tus miedos, sin pretender cambiar su esencia, sin desear que
desaparezcan porque los consideras una parte del todo, entonces puedes entrar
en ellos y vivirlos, puedes pensar: “ohh
siii tengo mucho miedo… ¿Puedo amar y aceptar este miedo? ¿Puedo permitirme
sentirlo? ¿Puedo dejar que se quede aquí? ¿Puedo bendecir mi miedo, mi
tristeza, mi depresión, mi enfermedad, mi miedo a dejar el miedo? ¿Puedo dejar
partir mis miedos?
Cada pensamiento que llega a tu
mente es un recuerdo a borrar, está ahí para ser transmutado por medio del
amor, porque su energía puede curar ese mundo que tú y yo continuamos creando
cuando pensamos.
Entre más veces recuerdes lo mal
que va tu vida, más hilos de dolor creas para ti y para todo el mundo. Esto no
quiere decir que tenemos que ser perfectas(os) , esto quiere decir que ser
humanos significa amar nuestros “errores”, amar nuestras “faltas”, amar nuestra
falta de amor. Hay miedo de hacer esto porque creemos que si amamos nuestras
enfermedades, ellas se quedarán ahí por siempre y esto es falso, ya que aceptar
los miedos nos permite quitarles poder, por eso la palabra “gracias” es una de
las más bonitas y significativas que hay. Bendecir y agradecer cada situación
que llega a nuestros sentidos es una hermosa manera de vivir.
La gratitud es curativa y es la
aceptación de que la perfección de Dios es real en nosotros; el perdonarte a ti
misma(o) por tus creaciones, es la puerta que te conduce a ser perdonada(o) por
los demás y también te conduce a perdonar fácilmente a quienes te hayan
lastimado, porque sólo hay una mente y un alma, esa eres tú, unida a mí, a los
demás lectores y a todas las personas que lean este artículo ahora o después,
así como a todos aquellos que conocen cómo funciona el mundo real.
La gratitud unida al hecho de
perdonarnos por todo lo que hemos creado con nuestros pensamientos y al amor,
son parte de la corrección de un error que tuvo que existir para que pudiéramos
ser quienes realmente somos. Este tal vez es el secreto más profundo de nuestro
subconsciente.
En la Luz,
Gracias, Gracias, Gracias...
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